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Los 10 soles
Por las mañanas los dioses se iban turnando para darle luz al cielo. Así cumplían con su deber a la vez que òdían descansar. Sin embargo, un día los soles se aburrieron de su monótona vida. Asique subieron al cielo y empezaron a jugar, corriendo de un lado a otro sin parar. Al estar los diez soles alumbrnado la tierra a la vez y sin descanso, la intensidad del calor comenzó a multiplicarse y a abrasar la tierra.
Cuando sus padres se dieron cuenta de lo que los soles estaban haciendo les ordenaron parar y volver a la morara. Sin embargo, los soles no quisieron bajar. Enfurecido por tal osadía y falta de respeto, Di Jun envió a su arquero Hou Yi para que les castigase. Por desgracia el arquero se sobrepaso y abatió a nueve de los diez soles. Di Yun estaba tan desolado que despojó a Hou Yi de su inmortalidad y lo desterró.
Así, el último de los soles quedó obligado a permanecer por siempre en el cielo, girando alrededor de la tierra para que cada parte tuviese parte de su luz. Así comenzó la alternancia entre el día y la noche en la tierra.